• La sequía condena definitivamente la producción de este año
  • El acceso al agua es básico para que los árboles se recuperen
  • La situación es crítica para los cultivos de secano, muy afectados
Madrid
 

 

 

 

 Los productores de aceite de oliva y de aceituna miran al cielo con preocupación, a la espera de la lluvia de otoño. El objetivo de los olivareros no es salvar esta campaña, condenada definitivamente por la sequía, sino la del próximo año, que empieza a estar amenazada. Es fundamental la recuperación de los olivos.

 
 
 

Como venimos recordando desde hace semanas, la campaña de este año va a ser catastrófica, con una producción que caerá hasta la mitad respecto al año pasado. Con Andalucía, la región productora más relevante, con la cosecha hundida. Los olivareros aún esperan una pequeña remontada en el final de la campaña, con las precipitaciones de los próximos meses, pero va a ser mala.

Amenazas para el árbol

La cosecha de este año "está perdida", pero la del siguiente puede ser también mala si no se recuperan los árboles este otoño, tras dos años de intensa sequía y épocas de temperaturas excepcionalmente alta, explican desde UPA.

Especialmente crítica es la situación de los cultivos de secano, donde los árboles están muy afectados, y van a tener que recuperarse, como señalaba Luis Carlos Valero, de Asaja Jaén, en declaraciones recogidas por EFE. Este año su producción va a ser nula, tras verse arrasados por el calor y la sequía.

Los de regadío, por su parte, han podido salvar la situación a duras penas, aunque en su caso la preocupación de cara al próximo año es mayor, ante la escasez de reservas. Esto se debe a que el olivar de secano está más acostumbrado a pasar fatiga, mientras que el de riego, a poco que se reduzca o se suprima la dotación de agua, lo pasa mucho peor. La situación también afecta a los agricultores que se abastecen de pozos, con la disponibilidad de agua muy limitada.

La situación es preocupante, pero se complica aún más si pensamos que esta circunstancia meteorológica puede ser habitual en los próximos años. ¿Qué se puede hacer a largo plazo? La pérdida de olivar es un riesgo, a pesar de ser un cultivo resistente, y más si tenemos en cuenta que reemplazar árboles por otros mejores y más sanos significa años de espera antes de lograr rendimientos.