Estos aceites de oliva españoles están entre los diez mejores del mundo
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ESPECIAL ALIMENTARIA
España representa el 62% de la producción de aceite de oliva de la UE y el 17% de la producción mundial, con más del 65% de la producción total destinada a la exportación, abarcando más de 180 países, según se refleja en un informe elaborado por Cocampo. España es líder mundial en superficie, comercio exterior y producción de olivares, con el aceite de oliva y las aceitunas de mesa como los productos más destacados. El país cuenta con 2.623.721 hectáreas de cultivo de olivar, de las cuales un 77,8% son en secano y un 22,2% en regadío. Desde 2011 a 2020, la superficie de olivar ha crecido un 4,8%, con un notable incremento en el cultivo en regadío. Andalucía destaca como la región líder tanto en la producción de aceite de oliva como de aceitunas de mesa.
La producción de aceite de oliva en España se sitúa en 765.300 toneladas para la campaña 2023/24, lo que supone un 15% más que la anterior, pero que se sitúa un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro, según la primera estimación publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Sin embargo, el sector está viviendo «un momento único en nuestra historia, en tanto que hemos encadenado dos campañas cortas, registrando disponibilidades mínimas a nivel mundial, por debajo de los registros más bajos de la pasada década», resume Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Recuerda que, hasta el año pasado, el olivo nos había acostumbrado a ciclos de producción en los que típicamente, un año de producciones cortas iba seguido de una buena o incluso extraordinaria cosecha. «En este año seguimos padeciendo las consecuencias de una tremenda sequía o fenómenos climatológicos extremos que ha supuesto un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda que nos ha llevado a registrar precios máximos históricos», añade.
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Pedro Barato asegura que en esta crisis el sector español ha demostrado su fortaleza para manejar situaciones de mercado que muchos otros sectores no hubieran podido afrontar. «Ha seguido trabajando y esforzándose por satisfacer puntualmente las necesidades de sus clientes a pesar de las enormes dificultades. Otros países productores han adoptado decisiones controvertidas, como el cierre de fronteras. Nosotros hemos dado una lección de profesionalidad. La sequía ha provocado dos malas cosechas consecutivas que ha traído precios desorbitados», puntualiza.
Las ventas de aceites de oliva llevan dos años cayendo. «Pero es que cualquier otro escenario no sería posible. Si la demanda se hubiera mantenido a los niveles de hace cuatro y cinco años, no hubiéramos tenido suficiente aceite para abastecer a los clientes de los más de 180 países en los que vendemos nuestros aceites», recuerda el responsable. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en los cuatro primeros meses de esta campaña (de octubre de 2023 a enero de 2024) se han comercializado 378.100 toneladas, unas 12.000 toneladas menos que un año antes y 150.000 toneladas menos que en año medio. «Eso significa que hemos vendido un 2,3% menos que hace un año y casi un 25% menos que la media de los últimos cuatro años. Es evidente que el precio ha retraído el consumo. Pero no es menos cierto que el consumidor no está renunciando a nuestros aceites», puntualiza.